La carretera está cada vez más desgastada de historias abandonadas en arcenes
junto a esos seres que murieron arrollados sin llegar al otro lado.
Recorremos las esquinas del asfalto
volviendo a pisar las grietas que nosotros mismos provocamos en otro tiempo
y rompiendo la línea de su desdibujado contorno…
Muere el camino para dejar paso a ese final infinito
donde todo termina deshaciéndose agotado.
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