viernes, 13 de diciembre de 2013

La espera

Esta estación que arde en un bucle de recuerdos y despedidas
jamás borrará las horas que gasté
buscando tu huella en el andén.
Los segundos eran rostros desfigurados
de aquella imagen que no era tuya.
Alcé una pierna tras otra para superar los peldaños que llevaban a tu puerta
y nacieron mil piernas,
una por cada baldosa masacrada.
No existe umbral
donde dejar de llorar tu muerte.
Los trenes no llegan a este punto del mundo…
Se inmolaron para evitar una lágrima más.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Arrugas

La geografía de tu sonrisa 
alimentó los folios en blanco que aún quedaban por escribir.
Esa áurea felicidad tan tuya amenazaba con salirse de tu rostro
siendo Sol tras aquella estéril y fría montaña.
“Ay, mi niña… Buenos días”.
Yo sonreía simétricamente           
para parir mi dulce ternura y dejarla reposar sobre tus brazos.
No pasearemos más en navidades de fuego y ceniza,
en todas las que sucedan hasta acabar esta obra macabra en blanco y negro.
Miro nuestras fotos extrañas
y no recuerdo haberte conocido, ni haber cogido tu mano bajo aquel olivo anciano.
Creo, a veces, respirar tu olor…
pero no es el tuyo...
Tú moriste hirviendo de vida
mientras nosotros seguimos, aquí, vivos de pena.



viernes, 6 de diciembre de 2013

Andrómina

Es tibia esa inconsciencia transparente que te arropa la boca.
La siento golpear mi cara cuando liberas su húmeda cárcel de hueso.
Sus hijos vagan violentos y moribundos,
se escurren entre la memoria para susurrarse una y otra vez.
Veo como caminas de unos brazos a otros sin abrazarte a ningunos,
mutando sonrisas en vulgares y estudiadas muecas de cartón…
Acabaste arrancando las yemas de tus dedos para no volver a tocar el amor,
para perder el tacto de lo que fue primera vez.
Casi puedo oír el sonido metálico de tu carne sobre la mía,
el chasquido de una acción aprendida en plena oscuridad.
Corre… Rómpete los tobillos huyendo para encontrar ese aire que jamás tocarán mis pulmones.
Escúpeme en el corazón lo hueco y falso que tejimos entre nosotros.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Reflejo

Hoy regreso a tu pulmón vacía de oxígeno queriendo olvidar que fuiste tú quien se llevó todo el aire de esta ciudad.
Me esperas abriéndote el pecho, dejando espacio entre tu cálida carne…
No temas, el viento ya arrancó a la piel su memoria con un crujido de recuerdos y canciones ahogadas en lágrimas.
Te miro con la pureza de que quien no ha visto otro cielo que el de tus ojos en las noches sin estrellas.
Y me rindo, humano mío, porque soy tan débil como aquella niña que tuvo demasiado miedo para aprender a caminar y murió esperando que alguien le pusiese pies a la vida.
Tan débil, que dejé sobre tu almohada un mapa señalando dónde podrías hallarme...

lunes, 25 de noviembre de 2013

Huella

Los días oscuros no son más que la prolongación de tu sombra en el tiempo.
Me he quedado sin piernas corriendo a través del barro para poder encontrar la unión de tu límite con el Sol.
Cada vez que lo siento cerca, se aleja tanto como un sueño en la vigilia.
Me siento, agotada, sobre la sucia humedad calándome hasta el alma con tu recuerdo y me descompongo en tormenta. Se rompe el universo conmigo, pues nos unimos en ese extraño dolor… en esa extraña amargura que sale de mi corazón para fundirse con las estrellas.
Me has abandonado… Lo sé. Me olvidaste hace ya mucho.
Sin embargo, aquí sigo recorriendo el mismo pedazo de tierra infértil tras tus pasos cuarteados.
Sin asimilar que el aire de mis pulmones está repleto de ceniza.



martes, 19 de noviembre de 2013

Éxodo

Qué real  tu imagen tras el cristal...
Parecía que me mirases a través del tiempo.
Aquellos recuerdos dormidos encontraron mis mortales pies de carne 
deshaciéndose sobre tu olor a roja tierra.
Intenté capturarte con mi luz.
¿Dónde está tu reflejo ahora?
¿Dónde estás, verde bálsamo?
No te alcancé en nuestra estrepitosa huida...
Solo sé que no has muerto porque te siento latir en mi sangre.


lunes, 18 de noviembre de 2013

La llegada

Hoy, un día cualquiera de finales de otoño en el que la transformación va desenrollando su autoestima con pequeños matices grises, absolutamente todo se vuelve más intimista e incluso la dulce caricia de un nuevo  olor se posa sobre mi nuca.
Conseguir con pequeños pasitos que todo tenga más luz, claridad y sentido se vuelve más sencillo con la llegada de la oscuridad.
 Y voy desenvolviendo mi ser  intentando evitar que el residuo de un verano desértico termine por quebrar                      mis raíces…  deseando, que no quiebre las tuyas… que la humedad alimente tu alma dormida y  esa lucecita tenue vuelva a iluminar tu interior.
Dime, mi creador de belleza, si sabes tú esculpir el tiempo.

Si tu música guiará nuestros pasos hacia la paz infinita que tanto deseamos.